viernes, 25 de noviembre de 2016


Desde mi balcón: “Violencia de género. Ni una víctima más”

 
Por Agustín Ferrer Ortiz
Hoy es 25 de noviembre y en esta fecha desde los últimos años venimos celebrando el Día contra la violencia de género, que por desgracia está demasiado arraigada en el carácter español y no dejamos de ver día tras día algún acto violento contra las mujeres en su mayor porcentaje, mujeres que su único pecado ha sido amar a sus esposos, novios o compañeros íntimos con el propósito de ser felices.
Todos los años nos manifestamos para expresar nuestra repudia, gritar por los derechos de las mujeres y el respeto a la libertad, pero todo eso no sirve de nada si simplemente queda en esos buenos propósitos y meros parches políticos y sociales que no frenan al agresor en la medida que corresponde porque para ello, es urgente y necesario cambiar muchas leyes que realmente sean efectivas y castiguen justamente y con dureza a esta clase de delincuentes, porque merecen penas duras y concretas, castigos ejemplares para que la futura sociedad sea más justa y respete como corresponde a sus semejantes sean del sexo que sean o de la condición sexual que sean y por ello es por lo que debemos luchar en las manifestaciones no sólo el 25 de noviembre de cada año, no cada vez que guardamos unos minutos de silencio cada vez que se comete un atroz asesinato, sino día a día, para que las leyes se apliquen como corresponde, para que la justicia actúe con la dureza que corresponde a estos cosas.
La sociedad debe ser exigente en sus demandas a nuestros políticos para que aquellas leyes que se promulguen sean duras y se cumplan íntegramente porque no es de recibo que estos elementos criminales pasen por las celdas una corta temporada, salgan a la calle y en algunos casos sean hasta reincidentes, mientras que los muertos ya no pueden alzar la voz ni esgrimir un breve y tembloroso llanto de súplica. Pero es difícil escribir cuando hay tanta mezquindad política porque algunas fuerzas políticas, especialmente de la izquierda quieren erigirse como los únicos valedores de los derechos contra la violencia de género como si tuvieran patente de corso y se les hace la boca agua cuando luego observamos que sus palabras solo son como un sermón en el desierto mientras miles de mujeres mueren al año y son ya muchas, demasiadas para que solo esgrimamos simples palabras y no pasemos a los hechos de forma contundente.
Mientras no cambie la situación y todos los partidos políticos se pongan de acuerdo en una modificación de las leyes y nadie se quiera apuntar el tanto como medalla exclusiva, no conseguiremos que nada cambien y cada 25 de noviembre volveremos a salir a la calle a llorar por esas mujeres fallecidas, pero la culpa será de la cobardía política, no de una sociedad que pide cambio radical y unas penas justas pero duras y sin remisión en estos casos.
 Yo desde esta pequeña tribuna seguirá año tras año pidiendo lo mismo porque en mi entender es lo apropiado, lo decente y lo justo porque la mujer es el ser que más respeto debe merecernos porque de ella nacemos y ella nos cría.

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