“365 días”
Un
año, 365 días desde aquel 24 de mayo de 2015. Quien lo diría..... Aquel día que
pasará a la historia reciente de Xàtiva como el “año del cambio”. Como
todo en esta vida una situación diferente según a quien afecte: para unos una
nueva etapa muy positiva para nuestra ciudad, para otros en cambio una dura
derrota que ponía fin a un ciclo.
Ciclos aparte, creo que es momento de hacer
balance de este último año, y dar mi visión personal acerca de lo que he podido
observar en estos 365 días. Primero y ante todo destacar la magnífica salud
democrática de Xàtiva, con una participación de la ciudadanía ejemplar que una
vez más demostró madurez y emitió su voluntad libremente. Todo un ejemplo del
que debemos tomar nota todos los políticos.
Tras
unos resultados evidentes y contundentes en los que la izquierda supo aprovechar el desgaste del PP, se abría un
nuevo periodo en el gobierno de Xàtiva. Un nuevo escenario sometido a un pacto
que, supuestamente antes de las elecciones estaría conformado de una forma, y
que luego posiblemente cambió, después de unos resultados distintos a los
previstos. Tanto PSPV, como EUPV y Compromís, no esperaban una victoria tan
abultada que les otorgó 15 concejales (7 PSPV, 5 EUPV y 3 Compromís). Aquellos
cálculos iniciales de una mayoría más ajustada no se cumplieron y tal vez ello modificó
un tanto el pacto, dado que aunque los socialistas son la fuerza más votada, el
ascenso de EUPV obligaba a darle mayor protagonismo. Al final todas las fuerzas
de izquierda sellaron el “Pacte de Sant Domènec”, y se constituyó el
Ayuntamiento, dando comienzo a una nueva legislatura en la que un intercambio
de papeles hizo que el PP pasara a la oposición con 5 concejales, junto a una
nueva fuerza política, Ciudadanos, con un concejal.
El 13 de junio de 2015 se celebró el Pleno de Investidura, en el que Roger Cerdà fue nombrado Alcalde de Xàtiva en una sesión que se llevó a cabo dentro de una euforia comprensible, y en la que de nuevo cabe destacar el magnífico comportamiento de los asistentes, dejando a un lado los hechos sucedidos en ese mismo acto cuatro años antes y que fueron bastante desafortunados.
Una vez constituido el nuevo gobierno de
la ciudad con el correspondiente reparto de delegaciones entre los miembros del
“Pacte de Sant Domènec”, comenzó su andadura esta nueva etapa. Un inicio
que posibilitó la participación ciudadana en los Plenos, en el que no prosperó
la iniciativa de que la Corporación Municipal dejara de presidir las
procesiones religiosas, en el que la Fira siguió contando con la figura
de la Reina y con los festejos taurinos. También un nuevo tiempo en el
que todavía todos los grupos políticos siguen sin tener participación efectiva
en el Consell Esportiu, en el que los Presupuestos Participativos
están en el aire y los Planes de Ocupación benefician a una menor
cantidad de gente.
Ese margen de los cien días sirvió
para mejorar aspectos relacionados con la transparencia y la participación.
También se ha detectado un mayor grado de implicación con algunos colectivos de
la ciudad y una mayor presencia institucional en ciertas actividades
organizadas por distintas asociaciones, llegando incluso a asumir la propia
organización de dichos eventos. Pero también se observa exceso de postureo, con
infinidad de apariciones en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Es como si existiera cierta competición entre las distintas delegaciones a la
hora de demostrar quien hace más o quien trabaja más, quedando un tanto
olvidado el trabajo en equipo y dando
mayor importancia a poder alcanzar una cota mayor de protagonismo.
Llegando al final de estos 365 días,
comienzan a vislumbrarse ciertas desavenencias y disputas entre los componentes
del gobierno municipal en materia de empleo (Enchufismo y Bolsa de Empleo), en
el concepto a la hora de organizar ciertos eventos como Nits al Castell o
la Fira, en materia presupuestaria y en los temas que se deben abordar
en las consultas ciudadanas (Toros y Reina de la Fira). Lejos de dar una imagen
de unidad, parece que prevalecen los intereses partidistas y se está dejando la
sensación de que a falta de uno, existen varios gobiernos. La falta de decisión
hace que al actual equipo de gobierno le cueste tomar algunas decisiones por
miedo a la equivocación. Es obvio que la tarea de gobernar lleva implícita la
responsabilidad de tomar decisiones, aunque a veces las mismas puedan ser un
tanto complejas e impopulares.
Respecto a la oposición quiero ser también
crítico. Es clara la inexperiencia de esta nueva oposición, más
acostumbrada a realizar tareas de gobierno, pero precisamente por ello se le
requiere mayor dosis de responsabilidad. La sombra de anteriores etapas
obstaculiza la labor fiscalizadora dado que se está en riesgo continuo de
reproches porque es cierto que se han cometido errores, aunque también deberían
reconocerse una cantidad de aciertos. Se debe superar esa etapa sombría y abrir
una nueva en la que se deben cambiar las formas, las actitudes y el talante. Ello
requiere superar una fase de adaptación en la que la política debe dejar paso a
la regeneración y al cambio, de manera que los populares puedan recobrar la
confianza de la gente.
Por último me gustaría apelar a la
responsabilidad de todos, gobierno y oposición, porque la ciudadanía hace 365
días nos encomendó la labor de trabajar por Xàtiva. Cada uno desde el papel que
tiene encomendado. Los gobernantes con coherencia y decisión firme sin miedo a
las equivocaciones. La oposición con la misma responsabilidad, con firmeza, pero
con coherencia y sin demagogia.
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