martes, 13 de octubre de 2015


Desde mi corondel: Mónica Oltra debe dimitir ¿Por qué?

Por Agustín Ferrer Ortiz.
Bochornoso espectáculo el ofrecido por la vicepresidenta del Consell y líder de Compromís el pasado 9 d’Octubre día del Reino de Valencia durante la celebración de la Procesión Cívica en la que otro catalanista, aunque lo niega, portaba el mayor símbolo de nuestra tierra que era la Senyera. Hay que recordar y la imagen nos lo confirma que la misma acudió blindada por policías de paisano a la procesión y durante el recorrido la pudimos ver puño en alto y gritando, lo que no serían alabanzas al Reino de Valencia, sino a sus políticas catalanistas que posteriormente por la tarde apoyaron al asistir a la manifestación en la que participaban igualmente miembros de “Junts pel Sí” de Cataluña, los separatistas que ganaron las autonómicas recientemente.



Más de sesenta mil personas se enfrentaron a esta camarilla para decirles claramente que no estaban conformes con sus formas de actuar y de querer anular las señas de identidad de un pueblo, menospreciar y ningunear a un pueblo soberano que tiene sus derechos legítimos y legales amparados bajo una Constitución y bajo unos Estatutos que ahora quieren modificar para blindar sus políticas separatistas como si fueran los caciques del pueblo de hace varios siglos que dominaban a los pueblanos residente que obedecían con cabeza gacha y sin protestar. Pues no, el pueblo valenciano el 9 d’Octubre dijo basta, dijo que no quería que estos gobernantes siguieran despreciando a esta tierra, costumbres, tradiciones e ideologías porque no tiene cabida en un estado libre donde el respeto debe ser el primer punto en cada acto sea este del índole que sea y no quisieron que unos políticos les pisotearan.

No se puede estar queriendo gobernar una Comunidad cuando la mentalidad está puesta en que esta sea absorbida por otra bajo inútiles intentos de cambiar la realidad histórica de un pueblo cuyos antecedentes son sobradamente históricos y más allá de aquellos que corresponde a la comunidad usurpadora en manos de fanáticos separatistas (Artura Más y Cia),  y manipuladores cuyas injerencias deberían considerarse delito de estado. En este caso tan culpables son los radicales catalanes como los radicales valencianos que están dispuestos a arrodillarse ante la voz de su amo sin importarles el insulto que provocan contra la ciudadanía valenciana cuya mayoría, evidentemente, no está conforme con esta tesitura política.

Pero es cierto que las provocaciones de la señora Oltra, seguramente en su afán estará desmentir cualquier acusación contra ella pese a la prueba palpable, no son las que corresponden a quien está pidiendo el voto a unos ciudadanos de quienes quiere vender su tierra al mejor postor por su influencia catalanistas que venga al paso decir, jamás entenderé de donde esta izquierda radical saca semejante sandez, si bien se que de lejos le viene al galgo haber escuchado todas estas canciones incluso antes de que en España se instaurara la democracia y en la Comunidad Valenciana prosperara el primer gobierno socialista de Joan Lerma quien ya marcaba maneras con el País Valencià. Y esas mismas provocaciones que son del todo intolerables e inadmisibles deben hacer que por dignidad política y por respeto a los ciudadanos, Mónica Oltra presente su dimisión de todos los cargos públicos que pueda ostentar incluso como referente de su partido aunque acto seguido deberían ser todos los componentes del Consell los que la acompañaran incluido el propio Chimo Puig por aplaudirle las gracias con tal de verse sentado en una poltrona que como digo, no le corresponde ya que no fue el PSPV el partido que mayor número de votos sacara en las elecciones autonómicas y municipales.

La situación política en la Comunidad Valenciana no es nada halagüeña a corto y medio plazo, pues espero que antes de dos o tres años el Consell si no ha dimitido antes por esta causa y por las incompatibilidades que presentan entre sus Consellers y sus diferencias en base a intenciones ideológicas, aboque por ende a unas elecciones anticipadas y la sensatez entre en la mente de los ciudadanos y voten en consecuencia a aquellos que realmente quieren trabajar por y para los ciudadanos de esta tierra y no para imponer sus ideologías fascistas con provocaciones alejadas de la realidad.

martes, 6 de octubre de 2015


Desde mi corondel: Gobiernan sin respeto a la identidad valenciana

Por Agustín Ferrer Ortiz

“El servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas”. Esta frase es del Papa Francisco y viene muy bien a mi artículo porque la misma resume muy bien la calidad de los nuevos gobernantes valencianos que están más al servicio de su ideología que al servicio de las personas que es su cometido profesional, ideológico y moral. Pero claro, cuando se es sectario y prepotente como son en la izquierda radical…

Que Compromís con el beneplácito de Podemos y del PSPV de Chimo Puig está gobernando la Comunidad Valenciana desde la bajeza política es una realidad palpable cuando observamos que no dejan de atacar las señas de identidad de un pueblo histórico y real por ser reino. Más que querer gobernar están demostrando que quieren abolir todo lo que sea valenciano, todo lo que represente al Reino de Valencia y el inicio lo tuvo con honores el máximo responsable del consistorio valenciano Joan Ribó que en sus 100 primeros días se está cubriendo de gloria.

La última la hemos tenido con el Consejal de Fiestas del Cap i Casal de Valencia Pere Fuset (Compromís) cuando se luce diciendo a la Senyera “bandereta” y al Himno de España “cançoneta”. Esto de por sí ya demuestra la poca calidad humana de este político mediocre de medio pelo, cuyo nivel cultural deja mucho que desear y que el cargo a estos chicos, les vienen tremendamente grandes. A más, el tripartito valenciano (PSPV-Compromís-Podemos) quieren blindar la procesión del 9’ d’Octubre sin el Tedeum en la Seo (acto que data del 1238) mediante un trámite de protección de la Generalitat Valenciana también gobernada por el mismo tripartito, con lo que estos señores se están cubriendo de gloria abusando del poder que ostentan. Igualmente recordar que Ribó quiere limitar las subvenciones a las fallas y reducir el número de “mascletaes” que hasta ahora comenzaban el 1 de marzo. Es decir, acabar como sea con las tradiciones y yo me pregunto ¿Qué consiguen estos radicales con estos despropósitos sino simplemente jorobar  a los valencianos? ¿Reviven algún tipo de orgasmo con esta pantomima política?

Alguien que ocupa un cargo, como es el de concejal de un ayuntamiento tiene el deber y la obligación de respetar todo aquello que está relacionado con la ciudad para la que trabaja, para aquellos ciudadanos a quien debe un respeto le hayan dado o no su confianza en las urnas y no insultarlos abiertamente en la cara como hace Fuset y su partido desde todos los frentes porque con ello demuestran que no son dignos representantes de la ciudadanía a la que han pedido su voto para mejorar, si es que eso es posible, lo que otros han hecho o aportar nuevas ideas, si es que las tienen y vemos que no es así, para endulzar la vida de los moradores de Valencia, de la Comunidad y en general del Estado al que pertenecen.

La sociedad valenciana y no sólo los partidos políticos debemos reclamar y exigir un respeto a nuestras señas de identidad, a nuestra cultura y tradiciones por parte de estos elementos subversivos que pululan por la política regional valenciana que alteran la propia paz social y rompen cualquier esquema de respeto entre unos y otros buscando siempre la confrontación.

No tiene validez aquel político que pretende gobernar su tierra renegando de sus señas de identidad porque su corazón está fuera, su mente ausente y su vida alejada de los valores que la tierra de sus antepasados tiene y debe amar. Un político en estas circunstancias no puede representar ni tan siquiera a una minoría de ciudadanos y mucho menos erigirse en salvador de causas imposibles como la de en el caso de la Comunidad Valenciana, venderla al catalanismo fascista, a una patraña política que no cabe ni en los libros de historia actuales y por ende menos en los propios históricos, porque la realidad valenciana es la de un Reino con fueros propios y no la de unos Països Catalans inventados demagógica y políticamente por intereses fuera de lo moral y ético políticamente hablando ya que de racional aún tiene menos.