Vigilantes de la playa: horario de oficinistas
Por Agustín Ferrer Ortiz
He pasado el mes de agosto en la ciudad de Cullera a la que me unen
las raíces de mi padre y mis recuerdos, algunos de ellos, vividos en esta
hermosa localidad de la costa valenciana donde el turismo es su principal
fuente de ingresos desde que el boom del turismo llegara a inundar las playas
españolas y en esta localidad de La Safor, se cuentan por miles los que nos
visitan desde Madrid, Francia, Alemania y otras capitales españolas así como de
poblaciones limítrofes de nuestra provincia.
Cierto es que nuestras playas que obtienen banderas azules que certifican
su calidad, son muy bien cuidadas y hasta en la actualidad mucho más protegidas
que hace poco años donde ver un policía era algo sorprendente formando
actualmente, parte de ese paisaje playero y cierto es que a los ciudadanos nos
ha agradado muchísimo verlos recorrer en diversos momentos todo el litoral
cullerense.
Lo que ya no me queda tan claro es la situación de los socorristas o
vigilantes de la playa si bien entiendo que su función es claramente la de
observar y salvar vidas, aunque este año en Cullera han llegado tarde a salvar
algunas de esta por falta de medios o incluso tal vez por falta de una
preparación más óptima que alcance para salvar una vida de forma rápida y
contundente. Pero independientemente de esto comentado, ya que no quiero entrar
en el dolor que han supuesto esas muertes o en la falta de profesionalidad o
falta de celo de estos jóvenes, el motivo que me trae a escribir este artículo
es el horario que estos chicos tienen y por tanto el poco tiempo que están en
las playas cuando el público está desde bien temprano hasta bien entrado el
atardecer ya que llegan a las 10’00 horas hasta las 19’00 horas de la tarde
cuando todavía hay gente tomando el baño y cuando las mareas comienzan a
cambiar y el mar sube en intensidad su oleaje.
Yo entiendo que el servicio de socorristas de una playa debería ser
algo más largo, es decir, desde las 08’00 de la mañana hasta las 20’00 horas de
la tarde en dos turnos de 6 horas cada uno para que estas tuvieran mejores servicios y una seguridad
mayor y dotar a los mismos de mayor profesionalidad y medios para actuar en
consecuencia según las necesidades ¿O los ayuntamientos tienen preferencias en
otros intereses que no sean la de preservar la seguridad de sus turistas bajo
la sospecha de la ya manida excusa de los recortes?, porque es algo que no se sostiene se mire por
donde se mire. Sabemos que las playas no pueden cerrarse como las piscinas
públicas o como las de comunidades de vecinos que por ley están obligadas a
tener un socorristas así como un horario y tras ello se cierran las puertas
para que los vecinos no puedan entrar y sufrir algún accidente no deseado, si
bien este puede ocurrir en cualquier momento del día pero si está el elemento
de seguridad siempre será más fácil acudir al socorro. Por ello se hace preciso
buscar medidas que doten nuestros lugares de esparcimiento de mejores servicios
de seguridad.
Vaya por delante mi respeto a todos esos jóvenes que durante las
épocas estivales se encuentran trabajando como socorristas, pues si bien digo
que carecen de la suficiente preparación y de medios, no es en absoluto culpa
de ellos sino de los ayuntamientos que contratan estos jóvenes siendo
obligación del concejal competente y del alcalde de las localidades ocuparse de
este menester y no estar solo para la foto en la colocación de las banderas
azules y para decir que bonita es nuestra playa. El turista local, regional,
nacional o extranjero son los que se merecen, ya no solo un respeto, sino que
se les ofrezca seguridad para disfrutar del
merecido asueto y regresar en años venideros porque son los primeros que
se lo merecen puesto que los turistas son los que en poblaciones veraniegas
permiten que se mantengan puestos de trabajo y se generen ingresos que
benefician a la localidad. Desconozco cuál es la situación de otras zonas
turísticas de España, pero si están al nivel que esta población de Cullera, el
bañista tiene muy pocas posibilidades ante un accidente serio.
En definitiva, Cullera, su ayuntamiento, deberá mirar más por
intereses que favorezcan más a los ciudadanos y a su turismo que a intereses
meramente políticos porque si bien el anterior alcalde popular tenía una gran
parte de esta culpa, el actual no se queda atrás cuando lo primero que ha hecho
ha sido suprimir paquetes en la oferta turística alegando recortes.
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