Desde mi corondel: “El PP valenciano
busca caras nuevas para la transición”
Por Agustín Ferrer Ortiz.-
Como dijo José María Aznar, el PP debe acometer una rectificación enérgica, creíble y suficiente”.
Lo mismo debe hacer el PPCV porque la actual cúpula no es que esté obsoleta y
caduca, es que está manchada por una mala gestión en todos los frentes,
especialmente en el de la corrupción que es lo que les ha hecho perder las
elecciones y desde luego la falta de democracia interna dentro de un partido
donde todo funciona a dedo.
Un partido sin esa democracia
está sin duda abocado a fracasar de forma continuada y el PP no se puede
permitir este lujo porque será desplazado por otros que se alinean con el
centro aunque su ideología no corresponda tanto con ello, pero ya en las
autonómicas y municipales dieron buena nota de ello y dejaron claro cuál es el
camino que van a seguir. Me estoy refiriendo claramente a Ciudadanos.
Esta andadura de cuatro años
(suponiendo que el tripartito no explote antes por los cuatro costados) por el
desierto debe servirles para trabajar en profundidad en un proyecto de futuro
que ilusione al ciudadano, debe servir para hacer creer a la ciudadanía que el
Partido Popular puede hacer mejor las cosas y que las épocas de zaplanistas,
campistas y fabristas pasan a la historia para ser realmente el Partido Popular
del Pueblo y no de amiguismos, enchufismo y hambrientos convertidos a
corruptos. Pero la verdad es que viendo la imagen solo puedo obtener una
lectura y es que las caras que hay representadas, son caras ya muy vistas,
gentes que de una u otra forma ya llevan muchas horas de vuelo en el partido y
alguno tendrá maneras antiguas, lo que debo entender que Vicente Betoret no ha acertado
mucho. Ojo, no dudo de la profesionalidad ni honradez de cada uno de ellos.
Todo lo contrario, pero necesitamos ideas nuevas, gente nueva que no haya
estado ni siquiera en la tercera fila.
Ahora Alberto Fabra y Rita
Barberá se retiran al Senado y dejan la puerta abierta a la guerra por la
sucesión y ocupar la poltrona de la calle Quart sede del PPCV y liderar el
partido. ¿Pero quién será el elegido? ¿Será del agrado de las bases y por tanto
también de los votantes? ¿Qué hará la gestora para contentar a unos y otros? Son muchas las preguntas
abiertas ante esta crisis popular provocada por alguien que ni supo lidera la
Generalitat Valenciana ni supo liderar el partido ante las crisis políticas a
las que se enfrentaba sin saber vender cara a la sociedad su “maldita línea
roja”.
Sabias son las palabras de un
político del PP de Xàtiva cuando dice y copio íntegramente su texto en el cual
hace un acto de modestia sobre el resultado de las elecciones en esa población
pero que sirve para Valencia y cualquier otra capital o pueblo español: “Caben
ahora múltiples cuestiones y preguntas acerca de la forma en la que se afronta
este reto y muchos votantes populares se han instalado en una incertidumbre
sobre cuál será la forma de interpretar este nuevo papel y cuál va a ser el
resultado”. Y
sigue diciendo, y yo no lo hubiera podido expresar mejor: “El nuevo escenario político nos obliga a un cambio en las formas y las
actitudes. La política del
retrovisor hay que atajarla para dejar a un lado determinados argumentos que
siempre se volverán en nuestra contra. La crítica inteligente, la exposición
pausada y meditada se deben abrir paso a la vieja política del chillido y a
cierta agresividad verbal. Debemos ser constructivos aunque no permisivos”. Hace
igualmente referencia a ese distanciamiento que siempre ha existido en este
partido con respecto a sus votantes y a la propia ciudadanía y lo destaca así: “Escuchemos a la gente, seamos su voz. No
va a ser tarea fácil, ya que quizás ese alejamiento de las personas que ha
practicado el PP ha generado una desconfianza hacia el partido, pero tal vez
ese sea el primer objetivo que habría que marcarse de cara a recuperar el
terreno perdido. Nuestro partido debe ser más abierto y poder escuchar los
problemas de la gente joven, los parados, las mujeres, la gente mayor, los
discapacitados, la gente en riesgo de exclusión social....seamos el partido de
las personas”.
Y efectivamente,
ya no es hora de críticas feroces y agresivas, no es hora del “y tú más”, sino
que es hora de ponerse a trabajar para recuperar a una ciudadanía defraudada a
lo largo de los últimos años, ante el mutismo y el hermetismo de un partido que
nunca ha estado abierto a la sociedad a la que si le ha exigido sus votos sin
ofrecerles la mano para ir juntos hacia nuevos caminos que hicieran prosperar a
la Comunidad Valenciana y es que les ha podido más la prepotencia que la
verdadera razón de su trabajo.
Y a nivel nacional y cito a los populares de La Costera que dice: “Mariano Rajoy pide una segunda oportunidad a esos
ciudadanos desencantados, unos tres millones, que en mayo seguían empeñados en
castigar al PP en las urnas”. Y es muy cierto. Estábamos y seguimos
desencantados porque precisamente la forma de hacer política del máximo
mandatario del partido genera desconfianza e inseguridad algo que ha arrastrado
a las comunidades autónomas que han visto reflejado en sus líderes la dejadez y
desgana de Rajoy y ese no es el camino y menos el camino del silencio.
Ahora es hora de trabajar, de buscar nuevos equipos
de trabajo con ilusiones renovadas y que sepan dar la cara, que estén codo a
codo con la ciudadanía antes y después y no encerrados en despachos
apoltronados y esperando el suculento cheque de final de mes. Demos pues un
voto de confianza y esperemos a los primeros resultados y cuando sepamos quien
es quien, volveremos a hablar.
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