Opinión: Semana de reflexión
Por Agustín Ferrer Ortiz
Si ya están ahí. Este domingo decidiremos nuevamente quien o quienes
deben gobernarnos los próximos cuatro años tanto en los ayuntamientos como en
la Generalitat Valenciana y para ser exactos, con lo que estamos viendo, el
cartel electoral es más bien de una pobreza inmensa., y lo único que tengo
claro es que en estas autonómicas los rodillos desaparecen dejando paso a las
negociaciones de salón que veremos en algunos casos, especialmente en la
Comunidad Valenciana como van a acabar.
Indudablemente las miras van a estar puesta en lo que pueda pasar con
el Partido Popular y Ciudadanos o ¿tendremos aquí otro desmadre a la andaluza?
Lo que si se seguro es que el proyecto a tres bandas o a cuatro bandas de la
izquierda valenciana será un fracaso mayúsculo y cuyos acuerdos a futuros se
convertirían en ingobernabilidad y en una altísima inestabilidad política,
aunque al principio colocarían a los de Fabra en la bancada de la oposición que
es lo que realmente pretenden sin importarles realmente la Comunidad Valenciana
ya que ninguno de ellos lleva un programa de gobierno digno para defender la
Comunidad sino más bien para venderla al catalanismo que tanto desean.
De todas formas estamos asistiendo a una campaña de lo más vulgar y de
lo más sucia por parte de los radicales e intolerantes que vegetan en la
extrema izquierda y que están convirtiendo este panorama en una fractura social
con una violencia política que no tiene parangón desde que se instauró la democracia
en España por los “pijos” según dice Pablo Iglesias en sus apariciones
“panfleto-mitineras” rodeado de sujetos cuyo nivel intelectual está muy por
debajo de la media que debe imperar en una sociedad civilizada, hasta el
extremo de que a muchos medios y personas que nos inclinamos hacia la derecha
pretenden llevarnos a las cunetas. Sinceramente es para estar preocupados con
lo que está pasando en estos momentos y lo que puede suceder hasta las
generales del mes de noviembre si esta fractura social sigue esta pauta y
caminando por estos derroteros.
Sin duda, el ejemplo de cuanto estoy diciendo, de esta violencia
política, son las amenazas de muerte hacia la alcaldesa de Valencia Rita
Barberá o el intento de linchamiento político hacia Alfonso Rus quien espero
escuchar lo que tenga que decir el próximo lunes tal y como dijo, porque deben
ser declaraciones bien jugosas y que a más de uno en estos momentos tiene muy
nervioso y acudiendo al WC en más
ocasiones de las que desearía por lo revueltas que debe tener las tripas ante
lo que pueda escuchar de la voz del aún presidente de la Diputación de Valencia
y alcalde de Xàtiva.
Leía en un rotativo valenciano que en estos momentos 1 de cada 3
valencianos tiene muchas dudas a quién votar y es que la causa está con el
miedo a acabar con el bipartidismo de populares y socialistas y también ante la
avalancha de nuevas fuerzas que hacen dudar al electorado por cual decidirse
pero en el caso de los valencianos, esos indecisos deben tener muy claro lo que
hay en juego y si prefieren fuerzas que pretenden catalanizar nuestras señas de
identidad o a aquellas que tienen que esperar a que sea Barcelona o Madrid las
que tome las decisiones que afectan a los valencianos.
Yo por mi parte entiendo que los valencianos tenemos que comenzar a
pensar por nosotros mismos para ser capaces de reclamar con fuerza por lo
nuestro sin dependencias, con un autogobierno propio sin rallar el separatismo
visceral de catalanes o vascos o de esas fuerzas de la izquierda radical
valenciana formada por Esquerra Unida y Compromís y alguna otra minoritaria que
no son más que raíces de la matriz catalana. Además la moral política debe
indicarnos que no se pueden votar a partidos que amenazan a quienes no piensan
como ellos, que lanzan la piedra y esconden la mano pero que envían sus
esquiroles a reventar actos o insultar a otros líderes. Y está muy claro que la
izquierda plantea un frente común para imponer las tesis catalanistas.
Y con respecto al PSPV de Ximo Puig, el diario ABC era bien claro en
sus opinión coincidiendo con la de muchos expertos: El PSPV, por su parte,
ha optado por evitar un debate que en los últimos veinticinco años le ha
generado un fuerte desgaste electoral, especialmente en la ciudad de
Valencia, donde las encuestas pronostican una debacle en la cita del próximo
domingo”. Claro, esto no es de extrañar a vista de cómo ha actuado su líder y
de que un partido que pretende luchar
contra la corrupción linchando al PP por esta causa y que lleva en su
lista diez imputados en causas judiciales, no tiene mucha autoridad moral para
gobernar.
En definitiva, nos quedan unos pocos días para decidirnos y cada uno
debe ser consecuente con sus ideales o con sus principios, porque votar es el
ejercicio más claro de libertad y democracia, el ejercicio más sano que ningún político
puede usurparnos con sus injerencias que si quieren aplicarnos cuando
gobiernan. Una vez más, en nuestras manos, en las manos de los valencianos está
que sigamos siendo lo que somos, valencianos libres o por el contrario, seamos
convertidos a los ideales catalanistas que los radicales de la extrema
izquierda llevan pretendiendo desde su analfabetismo e ignorancia política.
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