sábado, 3 de mayo de 2014


El Partido Popular valenciano descubre las primarias

Agustín Ferrer Ortiz.-
Alfonso Rus se suma a Isabel Bonig y defiende la participación directa de los afiliados en los procesos de elección del partido Cargos provinciales proponen dar protagonismo a la militancia.
Sin duda alguna en un estado democrático es la opción más lógica y que después sean el resto de ciudadanos quienes en las urnas decidan al partido que debe representarles. Es decir. Los afiliados, las bases del partido deben ser quienes realmente decidan quién ha de ser aquel personaje de los que optan a ser la cabeza visible para representarles durante los siguientes cuatro años al frente de la Generalitat Valenciana, pero no el partido meternos por el embudo a un sujeto, en este caso a Alberto Fabra, para defender nuestros intereses, habida cuenta de los nefastos resultados que tiene en su gestión.
 
Estas declaraciones de la consellera Bonig y del presidente provincial Alfonso Rus, van a levantar muchas ampollas en la sede de la calle Quart habida cuenta de que muchos son los que dentro del partido no comulgan ni con Alberto Fabra ni con su forma de gestionar la Comunidad Valenciana y mucho menos como resuelve las gestiones internas del propio partido con tal de mantenerse en su poltrona con un afán de poder desmesurado y sin valor político y con resultados, como he dicho en innumerables ocasiones, nefastos para nuestra tierra.
 
Por otro lado todos los afiliados y votantes del Partido Popular sabemos que si Alfonso Rus se presentara a unas primarias para candidato a presidir la Generalitat Valenciana, arrasaría ya que es un hombre con un gran carisma, con un tremendo poder de convocatoria, llano, a pie siempre con el ciudadano y por sobre todas las cosas un gran trabajador por los intereses de la provincia de Valencia y así lo reconocen los alcaldes de nuestros municipios y muy concretamente algunos socialistas que no habrían conseguido para sus pueblos lo que gracias a Rus han obtenido.
 
Idem de idem pasaría en el PSPV. Si hubiera más de un candidato en unas primarias, no manipuladas como en esta ocasión (si es que han sido primarias lo sucedido), Ximo Puig no se habría tenido que arrastrar tanto ya que desde el primer día hubiera estado desbancado y se hubiera tenido que volver a su casa con su catalanismo en un bolsillo y su afán de tripartito desbancador en el otro.
 
Los militantes nunca han podido elegir directamente su candidato electoral y sólo ha habido dos congresos provinciales con aspirante alternativo al oficial y eso en un estado democrático no es positivo ya que hace entender a la sociedad que los partidos se rigen por sistemas autoritaristas y que en la mitad de sus actuaciones actúan como fascistas ya que todo funciona en base al amiguismo del presidente del partido, por eso entiendo a José Ciscar cuando dice que es un enamorado del sistema democrático americano y francamente estoy en la misma que él, pues a  mí personalmente me parece el mejor sistema que existe, ya que muchos candidatos se quedan en el camino en base a lo que eligen en cada estado y queda el aspirante a presidente ¿Por qué nuestros partido son tan cerrados a ese sistema? . Unas primarias a la americana sería lo ideal en España, pero para eso, lo primero que hay que cambiar son las normas por las que se  rigen los partidos, sus propias leyes caducas, obsoletas y para nada democráticas.
 
Sigo insistiendo en que Alfonso Rus tiene toda la razón y es más, España y muy concretamente la Comunitat Valenciana necesita de una higiene política impresionante pero no solo en el Partido Popular. El resto de fuerzas políticas están en la misma tesitura con una necesidad de cambiar imperiosa ya que sus líderes son aficionados a la política y propenso al deseo de la poltrona, dando una imagen pésima de lo que realmente son sus obligaciones para con los ciudadanos. ¿Hay algo más limpio que una elección de candidatos por parte de esos ciudadanos afiliados a los que con tanta insistencia reclaman el voto?
 
Basta ya de medias verdades y cambiemos de una vez por todas un sistema que está corrompido, que huele a putrefacto y que ampara a políticos apoltronados con miedo a la calle y con más miedo a dar la cara. Basta ya de políticos cobardes.

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