jueves, 27 de marzo de 2014

 
Las elecciones autonómicas dejarían la Generalitat en manos del tripartito
Agustín Ferrer Ortiz.-
PSPV, Compromís y EUPV deben estar frotándose las manos con los sondeos que se han publicado recientemente y que pese a otorgar la victoria al Partido Popular en la Comunidad Valenciana, este no podrá gobernar si el tripartito se materializa, algo que debe hacernos recapacitar ante lo alarmante de la situación y lo negativo que va a ser para la Comunitat Valenciana ante esa avalancha de ideales catalanistas que nos vienen regalando a diario los tres partidos de la izquierda valenciana.
Me dan verdadero pánico las iniciativas, algunas ya las conocemos desde hace mucho tiempo,  que tanto Ximo Puig como Enric Morera puedan tomar y lo mucho que perjudicaran estas a las señas de identidad valencianas. Ya sabemos de su implicación en todo aquello que concierne al catalanismo valenciano, la influencia que especialmente Compromís tiene y su amor sin condiciones al imperialismo fascista (como ellos) de la Cataluña de Artur Más y CiU quienes apoyan económicamente, con el beneplácito de estos, a  entidades catalanistas radicadas en Valencia.
Según esta encuesta, al partido de Fabra no lo salvaría ni siquiera un acuerdo con la UPyD de Rosa Diez quien dudo mucho pactara con la derecha para formar un gobierno cerrando la puerta al tripartito puesto que este partido no obtendría una representación suficiente que permitiera a Alberto Fabra seguir siendo el Presidente de la Generalitat Valenciana.
Y es que el PP en Valencia va a pagar caro, muy caro los desmanes económicos y políticos de los últimos años con una nefasta gestión por parte del ejecutivo de Francisco Camps y el descontrol de Alberto Fabra a quien le ha venido excesivamente grande la camisa del Consell y no ha sabido poner freno a la herencia recibida basada en el gasto de despilfarro descontrolado, algo que la ciudadanía no perdona pues se trata del dinero de los impuestos pagados y lo malo es que la mala gestión del Partido Popular en la Genralitat Valenciana, arrastra en el desastre a la buena gestión de otras entidades que incluso cierran el balance económico del pasado ejercicio con superávit.
El Partido Popular en la Comunidad Valenciana aún tiene por delante un poco de tiempo que debe saber aprovechar para dar la vuelta a las encuestas aunque sinceramente las ahora presentadas no son cien por cien fiables ya que tras estas está la mano del PSOE por lo que cabe esperar que la realidad sea otra aunque muy ajustada a tener de los comentarios que se pueden escuchar en las calles e incluso en las redes sociales. Pero sinceramente la cuesta de enero que le espera a este partido va ser muy larga, muy dura, especialmente por la factura que les va a pasar el cierre del  ente televisivo RTVV-Canal 9, que si bien sabemos todos que era el PSPV en la época de Jorge Alarte y posteriormente con Ximo Puig los que ya tenían planeado este cierra, ha sido el Gobierno de Fabra el que ha cogido el toro por los cuernos y echó la llave a una empresa que era un saco sin fondo en gastos y sueldos impresionantes totalmente injustificados y, como por desgracia no han sabido explicarlo a la sociedad, esta está viendo otra versión muy diferente, la que el tripartito ha querido vender y ha sabido vender.
Lo que tiene que tener clara la ciudadanía valenciana es que un gobierno tripartito no es la mejor opción y conociendo a estos políticos cuya talla no es precisamente la de grandes genios de la política municipal y autonómica, acabará como el rosario de la aurora, con desacuerdos y peleas internas como sucede ya en muchos municipios donde gobiernan en coalición y donde los resultados están siendo escandalosamente pésimos, lo que augura que si estos forman el Consell, la cosa hará aguas en un plazo no superior a los dos años.
Así que de todo lo malo que tenemos en la Comunidad Valenciana la única opción válida la tenemos en un Partido Popular obligado a reestructurarse y reformarse con un cambio de líder con capacidad y solvencia política para resolver los problemas de nuestra región. Lo que está claro es que Alberto Fabra, que fue impuesto por el dedo de Rajoy no es un hombre con el talante suficiente para resolver los problemas y no es suficiente un lavado de cara apartando de su escaño a aquellos supuestos que están supuestamente enzarzados en causas de corrupción. El Partido Popular necesita un cambio radical y sinceramente, actualmente a la vista de lo que anda por la sede de la calle Quart, es bastante complicado por no decir imposible que veamos un cambio de este índole.

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