domingo, 1 de diciembre de 2013


Urge cambiar la Ley contra la violencia de género

Agustín Ferrer Ortiz.-

El Gobierno de España no puede hacer ya más oídos sordos, no puede seguir dormidos en los laureles y vivir ya como el burro Victoria sin pena ni gloria ante acontecimientos que dada día nos clavan un puñal más a la dignidad.

Tenía previsto dedicar mi editorial a otro tema que sin dejar de ser importante, en estos momentos queda en un segundo plano porque considero que la muerte de la joven Amparo Barrón Cambra debe acaparar toda nuestra atención justo cuando venimos de celebrar, el pasado 25 de este corriente, el Día contra la Violencia de Género y 48 horas después un desalmado, un joven sin entrañas, quita la vida de su joven novia sin causa aparente y menos justificada ya que no existe jamás motivo que justifique el asesinato vil y cobarde.

Amparo no puede ser ya más una cifra en las estadísticas oficiales, no puede ser más la pantalla para una foto de políticos mostrando su dolor porque eso ya no sirve de nada, no es ni la mínima excusa para justificar que se está haciendo algo porque no, no se está haciendo absolutamente nada desde las esferas políticas y se ha demostrado que lo que hasta ahora se hacía servía bien poco y ni el PSOE ni el PP están a la altura política para atacar este problema simplemente por propia dejadez y mientras esta dejadez exista, las muertes se irán sumando a las estadísticas.

El Partido Popular, Ruiz Gallardón, tienen ahora la oportunidad de coger el toro por los cuernos y modificar la Ley en todos los puntos que sean necesarios para endurecer las penas que puedan frenar esta masacre que en el último año ya supuso más de 700 mujeres muertas a manos de sus parejas. Esta Ley debe pasar por un endurecimiento en la pena de encarcelamiento y en el cumplimiento de la condena de forma íntegra y de la soplapollez judicial por la que a los pocos años sin haber cumplido más que unos pocos años, estos vuelven a salir y debemos frenar sobre todo, la injerencia de entidades foráneas a las resoluciones de nuestro país. Es hora de ponerlos encima de la mesa y no de doblar el lomo con complacencia y sumisa obediencia como se ha hecho con la ‘doctrina Parot’ donde se ha demostrado que Mariano Rajoy sufre de flojera y de incapacidad para afrontar y resolver crisis que están permitiendo que cierta calaña de presos estén ya en la calle y no me refiero solo a los criminales etarras, porque eso va a ser ‘pecata minuta’ con lo que nos vamos a encontrar con la reincidencia de crímenes que se cometerán por sujetos que de nada les ha servido la cárcel.

Una joven valenciana, es ya no sólo una víctima más de la propia violencia de género. Amparo es víctima de la dejadez política, es víctima del poco empeño que desde Madrid se hace por modificar la Ley, es víctima de la incapacidad política de alguien cuya única aspiración era ser ministro a costa de lo que fuera y que está en el mundo porque sinceramente debe haber de todo y Alberto Ruiz Gallardón es sin duda el peor Ministro de Justicia que haya pasado por el Parlamento español y con eso solo podemos acabar desde la exigencia de la sociedad, desde la exigencia de organizaciones no gubernamentales y despolitizadas, porque en el momento que la política entra en cualquier estamento asociacional social, todo se relentiza y se para y solo se les escucha sus voces en manifestaciones y concentraciones que solo sirven para lo que realmente quiere el político, figurar en la foto. Pero esa foto ya está hecha. Esa foto se hizo hace dos días cuando se tuvo que publicar la noticia de esta nueva muerte, una muerte innecesaria e injusta.

Definitivamente es la sociedad la que debe reclamar una justicia verdadera y justa ante la dejadez política de nuestros gobiernos que se amparan bajo la excusa de rectificar la Carta Magna, pues si hay que rectificarla, se rectifica. Estamos hablando de la seguridad de una sociedad, estamos hablando de novias, hijos, esposas que no tienen la culpa de estar cerca a malandrines despiadados y carentes de cordura. Es la sociedad la que debe ya alzar la voz y exigir sin miramientos esos cambios en las leyes que obliguen a que estos engendros criminales paguen de por vida su crimen en las cárceles y que sirva de de ejemplo para quienes traten de cometer nuevos crímenes, porque campañas de publicidad mediática, sincera y honestamente solo sirven para hinchar el bolsillo agradecido de agencias de publicidad que obtienen magníficos beneficios con las campañas ministeriales.

Mariano Rajoy y Ruiz Gallardón, tienen ahora en sus manos la clave de la solución o soluciones para conseguir acabar, sino del todo que será imposible, si en buena medida, con esta lacra.

Exijo al Gobierno más trabajo y menos mirarse el ombligo, pues España ya no está para dejadeces y menos para fotos y palabras bonitas que se las lleva el viento.