lunes, 21 de enero de 2013

El 99 por ciento de los políticos ¿honrados?


Agustín Ferrer Ortiz.-

Dijo Alfonso Rus la pasada semana que el que la haga que la pague y aseveraba que el 99 por ciento de los políticos son honrados en base a las tramas de corrupción que cada día leemos y que no dejan por menos que sorprendernos y hacernos pensar.

Me parece que afirmar que ese porcentaje es honrado es excesivo porque el uno por ciento restante se queda minúsculo cuando echamos manos de la relación de causas, acusados, imputados y condenados que hay tanto en el Partido Popular como en el PSOE y en menor medida en CiU y resto de formaciones, es tremendamente innumerable porque ya es hasta molestamente desagradable tener que desayunarnos cada mañana con que algún elemento que debe defender la honradez y los caudales de los ciudadanos, ha metido la mano en la caja ajena para enriquecerse a costa de burlarse de los ciudadanos.

Recalcó que el que la hace debe pagarla, pero por desgracia un gran número de estos sujetos queda impune ante la ley porque unos jueces fácilmente manipulados por las altas esferas de sus respectivos partidos, consiguen que las penas que se deben imponer queden en agua de borrajas y todo ello porque también, señores, los jueces son culpables por anteponer sus ideologías políticas a sus verdaderas funciones que es la de administrar justicia porque si esta es ciega y tiene una venda que le tapa los ojos, no hay razón para que sus señorías sean perdonadas porque los jueces miran de reojo cuando un político no es más que un ciudadano corriente con carrera como lo pueda ser un periodista, un médico o un fontanero y según la Constitución ante la ley todos somos iguales.

No, no estoy conforme para nada en las declaraciones del líder valenciano y los ciudadanos debemos exigirles ya no solo que sean como la mujer del César que además de ser honrada debe demostrarlo. La ciudadanía debemos ponernos a la altura de las circunstancias y exigir un reglamente jurídico efectivo que haga que aquel que político que se enriquece con dinero ajeno de dudosa procedencia sea, primero apartado de por vida de la política y posteriormente si sale culpable, metido entre rejas porque al ciudadano de a pié le cuesta sudar con su trabajo cada centavo que después pagamos en forma de impuestos para ver como estos caudales son indignamente usados para menesteres que no son los apropiados.

La justicia debe cambiar. Los jueces deben demostrar que son jueces o entonces ni el Supremo, ni el Constitucional, ni la Audiencia Nacional ni el más simple juzgado o juez sirve para nada y España se convertirá en una anarquía donde cada cual hará cuanto le venga en gana y algún político que se excede puede terminar ajusticiado por los ciudadanos y encerrado en alguna prisión de donde nunca salga, porque es lo que están propiciando unos y otros al burlarse tan descaradamente de la sociedad.

Ahora es el caso Bárcenas. Después se está demostrando que el PSOE pagó sobres por valor de 600.000 euros desde su fundación, que Durán, el último bastión de la honradez ha caído en las redes malignas de la corrupción y la familia Pujol enriquecida a costa de los catalanes y con los dineros en paraísos fiscales y luego todos salen a la palestra a declarar su inocencia sin demostrar nada y sin devolver ni un solo euro y mientras las arcas de los partidos vacías y apropiándose de dinero del Estado a través de subvenciones y otras razones que acaban dejando la tesorería de España en números rojos.

Indudablemente hace falta mano dura. España, los españoles, no merecemos tener esta calaña de políticos, no merecemos que ese uno por ciento (algo más es) nos tome más el pelo y siga viviendo a sus anchas, campando por su respeto y burlándose a su antojo de cada uno de nosotros. Así que está en manos de Mariano Rajoy aceptar la propuesta de ERC en la que pide que la financiación irregular y la corrupción de partidos esté reflejada en el código penal y que los jueces apliquen sin más demora las sentencias porque no podemos soportar por más tiempo que uno sea inocente hasta que se demuestre lo contrario, porque en el momento que se sabe que falta algo en la tesorería, se sabe que uno es culpable y que de lo contrario debe demostrar su inocencia.

Los políticos deben dejar de jugar ya con lo que los españoles aportamos a la Administración y que desde la misma vía subvenciones, vía presupuestos generales se destina a las formaciones políticas, a sindicatos y grupos anexos a los partidos.

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