sábado, 27 de octubre de 2012

El vandalismo de izquierdas ataca nuevamente sedes del Partido Popular


Agustín Ferrer Ortiz.-

Nuevamente tenemos que vivir un nuevo episodio de vandalismo político, de vandalismo anti social de radicales energúmenos que no toleran la política que un partido gobernante está llevando a cabo, y en este caso le tocó al PP en Gandía.

Se está convirtiendo en una tónica general de la izquierda fascista valenciana escondida bajo la fachada de la libertad de expresión, sólo que por desgracia, ésta, la tienen mal entendida, muy mal entendida y buscan en sus perro-flautas, esa pandilla de energúmenos analfabetos, el arma para cometer estos atentados absurdos y carentes de lógica.

Por desgracia en España no tenemos unas leyes que sean suficientemente duras para poder reprender a estos energúmenos incontrolados que viven a la sopa boba de unos dirigentes mediocres y sin principios que consideran que la forma apropiada de protestar es la de ir de salvajes por la vida, la de convertir la calle en un campo de batalla manifestándose de manera innecesaria e ilógica y atacando sedes de otras formaciones con cuya política no comulgan.

Hay que recordar que algún dirigente valenciano debería haber presentado, hace ya varios meses, su dimisión irrevocable en Les Corts Valencianes y ante su partido, cuando precisamente él que alentaba a los jóvenes a cometer actos de vandalismo sufrió en su propia familia las consecuencias, cuando su hija fue detenida y llevada ante el tribunal de menores por haber pintarrajeado el patrimonio valenciano, pero viendo que esto no sucede, no cabe más que entender que esta formación política está detrás amparando y animando a que actos como los ocurridos hace ya algunos meses en sedes populares de Xàtiva, Silla y ahora Gandía.

Creo que ya es hora de que la justicia en España se vuelva a poner la venda en los ojos, deje de estar manipulada políticamente y actuar libremente y no a favor a ciertas fuerzas políticas y sociales que nada bueno aportan a esta sociedad libre y democrática que exige respeto, que exige educación, que exige que sus representantes políticos actúen como políticos buscando soluciones y no creando problemas como vienen haciendo la extrema izquierda valenciana.

Hay que levantar la voz ya de una vez, exigiendo a la izquierda el respeto que el resto de la sociedad con ideas diferentes sea respetada con el mismo respeto que ellos reclaman para sus ideas, porque cuando falta el respeto, falta la razón y por desgracia, nuestra izquierda fascista hace tiempo que perdió el respeto y por ende, siendo más grave, la razón y la autoridad para exigir. En estos momentos la izquierda no está capacitada para exigir sino para comprender que el camino que han tomado no es el correcto, que han sobrepasado los límites y han colmado la paciencia de los ciudadanos que no ven en ellos sus directos representantes, lo que hace que sigan manteniéndose en la oposición y donde seguirán por muchos años más.

Los actos vandálicos y atropellos que se comente, como este de Gandía, no son el reflejo de una Comunitat Valenciana próspera, trabajadora, luchadora, feliz. Es el reflejo de una sociedad marcada por la mezquindan, la bajeza política más ruin aleccionada a los perro-flautas y ese no es el camino que debemos seguir ni el que deben marcar nuestros políticos. De seguir por esta senda, ya digo que la justicia deberá actuar con mayor contundencia y buscar a los culpables que bien sabemos todos en que sillones del hemiciclo valenciano se sientan.

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